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heart of mine

Kaixo maiti.

Acabo de ver tus mensajes. No sabía cómo iba a reaccionar si volvías aparecer... te veo triste y te veo echarte la culpa de cosas y yo no quise hacerte sentir así. Tienes todo el derecho a enfadarte cuando abuso de tu paciencia. No es que te odie, no es nada de eso la razón de que he estado en silencio... es más que todo porque te noté enfadada y noté que no querías verme. Y cuando te enfadas mucho me bloqueo y no sé qué hacer. Así que estuve así unos días hasta que me di cuenta que en vez de analizar ansiosamente cada detalle de tus mensajes y de no poder saber si eran positivos o negativos, o sea si te estabas acercando o si seguías rechazándome, decidí concentrarme en mi. Qué quería yo? Alejarme o acercarme? Y decidí estar en silencio, alejarme un poco para calmarme y reconectar con mi interior. Y he conseguido estar en paz, y darme cuenta que no puedo estarte echando toda mi mierda todo el tiempo, que no tengo a nadie más a quién contarle cuando me siento sole y me duele la vida... y es a ti a quién cuento todo, pero va con un poco de veneno porque frecuentemente no estás cuando quisiera tenerte. Y entonces se entremezcla todo con resentimiento. Eso que también conoces tu perfectamente, me imagino que lo sentirás también muchas veces conmigo.

Por eso, no te machaques, sigues siendo mi one-and-only-mine... no te odio, quisiera conocer a más de tus diferentes facetas, que hay muchísimas que todavía no conozco. Es normal que nos duelan las cosas, nuestra conexión es muy fuera de serie y tenemos necesidades que no cubre. Debería de por fin encontrar una psicóloga e ir a terapia, otra cosa que te he dicho que haría y no he hecho porque soy une cobarde y me da miedo ir. Empecé a buscar a final del año pasado y de sólo imaginarme contactar a alguien e ir me dio tanto para atrás... curioso porque hace 20 años cuando fui por primera vez no me costó tanto... o tal vez se me olvidó ya cómo fue exactamente... en fin.

Creo que has explotado porque he estado tentando tu paciencia mucho y comportándome con mucha inmadurez y egoísmo, y lo siento. He estado mandándote todas mis emociones tal cual como si fueses el contenedor en el que depositar toda mi frustración e insatisfacción con mi vida y el mundo. Y además de forma indirecta, pasivo-agresiva, cínica, un día con positividad tóxica, y al siguiente con resentimiento y amargura desmedida. Era normal que te enfadaras, maiti. He estado insufrible.

Todo porque para mi cumple fuimos a comer (el día antes) y la roomie se puso una cogorza y se empezó a comportar de manera insoportable. Pasé el resto de la tarde intentando reconducir y convencerle para que se fuese a casa, viendo cómo repartía insultos a todas.. en fin. Un espectáculo muy desagradable. Me sentí muy mal por la otra roomie, la pareja. Luego al día siguiente como si no hubiese pasado nada, no fuese a ser que se despertara el monstruo otra vez. Y una vez más me fue tan evidente que me he rodeado de la gente equivocada y te extrañé mucho. Y como siempre hago, me resentí porque no me decías nada especial para mi cumple. Pero también sabía que no me lo merecía, no te había dado nada especial tampoco en las fechas especiales, y me sentía culpable de ser tan mediocre y sabía que tampoco podía esperar mucho. Daba igual. Me sentía muy lejos de familia y de ti. Muy detrás de las bambalinas, mi niñe interior estaba muy descontente, que ruina de cumple. Deseaba algún gesto, de mi familia y amigos daba igual, yo soy igual con ellos, todo es rutinario y aburrido. No hay nada especial. Pero mi niñe siempre quiere ser especial, sobre todo para el cumple, y en mi bucle de negatividad comprobé que tu tampoco hacías nada especial. No hubo (o tal vez no lo vi), mi cumple pasó así, uno de los más tristes de tiempos recientes. Ya sé, tengo más de cincuenta, pero todos seguimos siendo unas criaturas adentro. Y mientras por afuera me daba igual y seguí con mis cosas y mis libros, en mis adentros ya se fraguaba la tormenta. El punto final lo dio un libro que he estado leyendo, un libro que me ha encantado y del que te quiero hablar, pero que me revolvió un poco y le dio voz a le niñe interior. Y llegó el día en que tenía cita contigo y salió lo que salió... y a partir de allí todo fue una inseguridad detrás de otra, cuando te vi enfadada y cuando vi que en vez de alcanzarte te estaba alejando de mí.

Pues eso es lo que creo que ha pasado... un relapse a mis carencias infantiles. Pero como me da mucha vergüenza siempre le pongo un poco de cinismo y de agresión (pasiva, porque si me pongo muy agresive inmediatamente me veo en una posición de peligro). Te digo todo esto para que sepas que (mi cosa bonita que eres) no tienes nada que ver con todo esto... estabas tan contenta, preparándote para currar de lleno supongo, y teniendo probablemente las manos llenas con eso y la vuelta al cole... y yo con mis berrinches. Siento mucho haberte dicho que me pesabas. No es del todo mentira, hay días que pienso que ojalá las cosas fueran de otra manera, pero sé que tu también tienes estos días, que todo el mundo tiene esos días. Pero la forma en que lo dije no fue adecuada. Tal vez fue eso lo que te hizo enfadar tanto, no lo sé. Tal vez alguna vez hayas pensado que fuiste una carga para alguien, y no quise para nada evocar algun sentimiento así. Lo hice porque no puse atención a lo que estaba diciendo... sólo me importaba transmitirte mi descontento, mi tristeza.

Esta pausa me ha permitido ver que necesito hacer algunos cambios para estar más a gusto en nuestra relación. Es que estoy teniendo muy poco tiempo los domingos porque como sabes, por la tarde hablo con los padres, y es prácticamente toda la tarde, y en algún momento también tengo que salir con Perrite. Y me queda muy poco tiempo para dedicarme a nuestra cita. Por la mañana suelo salir a dar un paseo un poco más largo con Perrite y/o hacer algo de limpieza. También puede ser que salga a tomar algo con roomies, como fue ayer. Justo el finde que estamos sin hablarnos, con aquélla incertidumbre de qué estarás pensando y haciendo... acabo tomando algo por tu barrio y me encuentro a nuestro amigo en común y, casualidad, pasamos toda la hora de comida en la mesa contigua. Por qué esto no me pasa cuando estás aquí? Es verdaderamente cruel esta diosa de la casualidad... en fin.

Pues quisiera cambiar el día de nuestra cita del fin de semana a otro día. Al principio pensé lunes, pero ahora tengo una reunión todos los lunes. Y martes, pues ya está casi cerca del jueves... pero bueno, es el único día factible. Pues igual pruebo eso, porque si me quedo sólo con los jueves muy poco un día a la semana, o que?

Así que eso... ojalá te pudiese mandar una encuesta online para saber tu opinión... para que votases tu horario preferencial. Tal vez ya te has hecho mucho al horario que elegi hace tanto tiempo. Bueno, no pasará nada si cambiamos un poquito, no?

Bueno maiti. A veces me siento tan egoista (y también cansade) de sólo hablar de mí... y cuando dices que por qué no me callo siento que tienes razón, a veces no callo pero es que es porque callo con el resto del mundo. No es muy sano, repito, que cargues con todo lo mío (y yo todo lo tuyo). Y que además, nos utilicemos mutuamente para alimentar nuestra autoestima. Pero... supongo que lo importante es que nos demos cuenta que esto está sucediendo y que seguimos siendo lo más bonito que nos ha sucedido jamás... así que no te enfades más, maitimine.

Para finalizar, un cuento. Había una vez un corazón. Como de pequeño era muy txiki e indefenso, sus aitas lo metieron en una neverita. Allí estaría, pensaron, bien protegido, detrás de esas gruesas paredes que le aislarían de los peligros. Así se pasó su infancia, muy protegido dentro de su casita de paredes gruesas, revestidas de poliestireno. Cuando ya había crecido un poco, le dejaron salir de vez en cuando, pero siempre eran muy estrictos y con cualquier atisbo de peligro le ordenaban volver a la neverita.

Con el tiempo el corazón ya fue muy grande para caber dentro de su casita de frío, y pasó a vivir afuera, a temperatura ambiente, como todos los demás corazones. Pero aún hoy, cuando se siente amenazado, busca refugio en los sitios fríos, donde se encierra en su cuevita hasta que se le pasa el susto. Pero es casi tan normal como todos los demás corazones, pero para quien sabe de corazones, sabe distinguirlo de entre todos, porque late más fuerte que otros, habiéndose acostumbrado a sobreponerse al frío con sus latidos, y para quien sabe esperar, es el más bonito y especial de todos.

Colorin, colorado, este cuento se ha acabado... nighty-nite, ondo loin nere politte, minabihotzimine 💖


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